martes, 15 de diciembre de 2015

Érase una vez una mariposa





Érase una vez una mariposa
Que durmió el olvido en una alambrada
Una mariposa alegre que fue proscrita
Que ahora se hace verso desde una lágrima

Lágrima de historia bajo la tierra
Gente que reía y cantaba coplas
Gente sobre gente ya fusilada
Y sobre la gente, barro, frío, zozobra

Érase una vez una mariposa
De las entrañas rotas de una quimera
De tres colores era con trece rosas
La mariposa alegre, hoy en las sombras

Habrá de llegar el día de su victoria
La mariposa que el mundo quiso olvidar
Y voló entre las tumbas de la memoria
La que en la gente de ahora renacerá




sábado, 28 de noviembre de 2015

Mi verso es la serpiente





Mi verso es la serpiente en su cintura
Que se cuela entre su prosa ardidamente
Que endurece su lengua en la ternura
Reptando al húmedo sur de su vientre

Serpiente que diluye su mirada
Que despierta en la dulzura lo indecente
Que penetra en su lujuria enamorada 
Corola carnosa fluyendo un río caliente




Mira lo que sembramos...





Mira lo que tú y yo sembramos…
Un corazón abatido entre cenizas

Mira lo que recogemos…
Pedazos de abrazos inmensos
que dejamos a la orilla de los sueños

Y besos ardiendo
sobre fósiles tierras de deseo
en que germinan sin memoria,
interminables árboles negros

Es el ocaso de los enamorados
De los enamorados injustamente
De esos que ya fueron desterrados
de las páginas indiferentes del amor

Mira lo que hemos dejado entre los cimientos
Un embrión sin útero ni nombre
bajo la lluvia del olvido




domingo, 22 de noviembre de 2015

Sientes el mar





Sientes el mar cuando respira,
su caracola cercana, tan salvaje y desnuda
sobre la arena roja de tus latidos

Mi querido amigo… Se llamaba Olvido

Ella que nunca pronunció tu nombre,
y sin embargo prendía en tu corazón el frío

Esa mujer de sedas que ahora acaricias
cuando la madrugada se descarna de tu cuerpo...

Tu cuerpo en el espejo, y el suyo en el mío

Y te quedas tan solo que solo queda  soledad,
para liberarte de nuevo desde el invierno
a los lienzos del otoño con labios de acuarela
o a la remota costa de los años sumergidos y
hasta la vasta y lluviosa orilla ennegrecida
en que descansa aquél viejo dragón de arena,
tan maltrecho, vencido, malherido

Y sientes el mar cuando respira,
su caracola cercana, tan salvaje y desnuda
sobre la arena roja de tus latidos

Mi querido amigo… Se llamaba Olvido




El hombre que se mira





No es divisible el hombre que mira
al abismo absurdo de su decadencia
Es plenamente figura entumecida
en esa pandemia que se cierne
sobre las tripas grises de su memoria

Llora en un mar sin retorno
el hombre que se mira

No es invisible ni omnipresente
Su laberinto es una trampa infinible
que separa sus ojos de sus actos
Que traza una alambrada indestructible
entre los sueños y la tierra

Escruta sin pupilas el hombre que se mira

A menudo se mimetiza entre desiertos
Se cercena la ternura con afilado desprecio
Aprende de las ratas a devorar hijos y quimeras
Consuma el suicidio de su antagonismo crónico
en ese templo de idos allende las entrañas
de su rabia digieren los discursos más lúcidos

Llora el hombre en su amargura
a ras de toda esperanza
Pero anida la ira
y regurgita la guerra




miércoles, 24 de junio de 2015

Soy





Soy el dueño de tu boca
Soy la roca entre tus aguas
Soy tu ráfaga de sed

Que te amarra
Que te hiere de placer

Soy la lluvia de tu piel
Soy caricia y soy espada
Soy acero en tu dulzura

Que te desata
Que te hiere de placer

Soy dulzura en tu mirada
Soy el dueño de tu boca
Soy tu boca apasionada

Que te amarra
Que te hiere de placer
Que te abriga
Que te ama




No tiene nada





“Me se embala el corazón”
En lo agramatical de sus palabras
No tiene nada
Ni siquiera eso… Bellas palabras
Y quisiera ser su cómplice
Cautivo de su esperanza
Porque me duele su angustia
Su paupérrima existencia
No tiene nada
Pero es tan bella su alma…




martes, 26 de mayo de 2015

La malamadre





Cuaja la nieve sucia de tu mirada
Desde la fotografía triste de tu cruel hipocresía
Tú que asesinaste la infancia y la inocencia
Que rompiste las frágiles alas del corazón del gigante
Para verle suicidarse en cada sueño tuyo
Para verle morir entre tus lodos de sangre

Pasarán los años…
Caerán lluvias negras en tus iracundos ojos
Y parirán demonios hembras oropéndolas en tu carne
Porque el mal que vas vomitando como esporas por el aire
Buscará la ira de tu origen hasta borrar tu nombre
Hasta segar tus latidos de oscuridad venenosa

Dando paso a la luz que tanto nos robaste